jueves, 30 de agosto de 2012

Roggio: Proveedores propios y fuga de ganancias


Por Jorge Duarte*

La concesión de los subterráneos a Metrovías se convirtió en la plataforma de despegue del Grupo Roggio para diversificar sus negocios, aunque no sus ingresos, que siempre se encuentran sostenidos por un generoso Estado.

Metrovías se convierte en un caso modelo de los concesionarios del transporte ferroviario, tanto por la transferencia de ganancias provenientes de subsidios a empresas del mismo grupo, como por el proceso de tercerizaciones para el beneficio empresarial a costa de la implantación de las políticas neoliberales de organización del trabajo.
Pasados los 18 años de concesionado el subterráneo porteño, se pueden comprobar regularidades en la gestión que presentan un modelo que, indefectiblemente, se repite en cada ramal “privatizado”. Las empresas beneficiadas por las concesiones expresan, en sentido más cabal, la figura de empresarios subsidiarios del Estado nacional que socializan pérdidas y privatizan ganancias. Metrovías, como caso testigo, puede dar cuenta de ello. A medida que los años pasaban y la política de subsidios se profundizaba, Metrovías consolidaba un armado complejo de proveedores propios en los cuales fugar ganancias fruto del negocio principal: el transporte subterráneo. De este modo, Metrovías logra que diversas empresas del grupo obtengan grandes ganancias a costa de quedarse con los recursos que aporta el Estado nacional para mantener la red.
Un estudio realizado sobre la gestión de los subtes por el legislador porteño Rafael Gentili comprueba que Metrovías pagó a proveedores y servicios a empresas del mismo Grupo Roggio la suma de casi $920 millones entre 2001 y 2011. Estas erogaciones juegan dos papeles fundamentales: por un lado, esconder las ganancias de Metrovías en base a transferir los recursos a otras empresas; por otro, mostrar una gestión con problemas económicos para reclamar mayores ingresos (por aumento de subsidios o por aumento de la tarifa) y postergar mejoras en el servicio, subas salariales a trabajadores, re-categorizaciones de personal o pases a planta de tercerizados. Estas maniobras fraudulentas son muestras de políticas neoliberales que continúan vigentes y favorecen a Roggio y demás grupos económicos, que convierten un servicio público en un negocio sumamente rentable a costa de la seguridad de usuarios y trabajadores.
Una de las formas en las que Roggio fuga recursos de Metrovías se encuentra vinculada con la tercerización de parte del servicio a empresas del propio grupo creadas para tal fin. De esta manera, Metrovías contrata a Prominente S.A., Cia Metropolitana de Seguridad S.A., CPS Comunicaciones S.A. e hizo lo mismo en el pasado con Taym S.A. y NeonService S.A., entre otras, todas de su propiedad. Es imposible saber si los montos que se pagan por esas contrataciones se encuentran en los márgenes que maneja el mercado por lo incomprobable de la magnitud de los servicios que le prestan. Lo que si puede comprobarse es que esas empresas son parte de una maquinaria que traslada los subsidios al grupo sin tener que rendir cuentas al Estado y los que sufren las consecuencias son los usuarios y trabajadores. De público conocimiento es la pérdida de derechos laborales de los trabajadores tercerizados con respecto a los de planta. Por lo tanto, en una misma maniobra se consigue fugar recursos y precarizar el trabajo en pos del negocio.
La otra maniobra evidente en la que Roggio descarga ganancias, es a través de la subconcesión de parte del potencial de negocios de Metrovías en beneficio de empresas del propio grupo. Con un contrato desfavorable para Metrovías, por ejemplo, se subconcesionó a Metronec S.A. la explotación del negocio de publicidad en el subte y el FC Urquiza. El caso de la publicidad, emblemático, le representa a Metrovías la pérdida de una enorme cantidad de ingresos que podrían destinarse a la mejora del servicio del subte. Metronec S.A. por el negocio de la comercialización de publicidad y alquiler de locales comerciales facturó cerca de $55 millones en 2011, mientras que le dejó a Metrovías unos $10 millones como canon por la explotación del negocio. Estos $45 millones de diferencia entre lo facturado por Metronec y lo recibido por Metrovías en 2011 representan una clara muestra del vaciamiento encarado por Roggio y atentan contra la posibilidad concreta de un servicio seguro y de calidad.


En el cuadro se pueden observar los pagos de Metrovías a empresas del mismo Grupo entre 2001 y 2011 con detalle. El monto negociado y la cantidad de empresas implicadas es impactante. Los subsidios del Estado le aseguran a Roggio cubrir las pérdidas que produce su vaciamiento en Metrovías y consolidar las ganancias en empresas vinculadas. Estas maniobras se sustentan en una política de transporte que por desidia, corrupción y mirada ideológica deja ser y hacer. Desarticular las concesiones y volver a pensar el transporte como servicio público por sobre el negocio será el primer paso para conseguir mejores condiciones para los usuarios y los trabajadores. Por ahora, negocios son negocios y el resto no importa.

* Licenciado en Comunicación Social / Periodista especializado en temas gremiales / Conductor de En Casa Hablamos FM Radio Sur 88.3 / http://escritosdeclase.blogspot.com.ar/ @ludistas
Nota originalmente publicada en Marcha

1 comentario:

Calzones Cagados dijo...

Magnífico informe. Felicitaciones!