jueves, 19 de julio de 2012

Fondos APE: fortaleza y talón de Aquiles

Desde hace tiempo Hugo Moyano y su tropa afirman que funcionarios del gobierno "están saliendo a comprar dirigentes sindicales con dinero perteneciente a la APE”. Las implicancias de este entramado de dinero, política, gremialistas y poder es lo que queremos entender, en una historia que está teñida por la mafia de los medicamentos.


La Administración de Programas Especiales (APE) es un organismo que vive permanentemente en un tire y afloje entre el gobierno de turno y las Obras Sociales Sindicales. De los pagos que APE transfiere a los agentes de salud dependen las finanzas de las obras sociales y en algunos casos las finanzas de los sindicatos en general.

Según el decreto 1198/12, publicado hoy en el Boletín Oficial, el gobierno decidió que la APE sea "absorbida" por la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS). APE hasta hoy era un organismo descentralizado de la Administración Pública Nacional, en jurisdicción del Ministerio de Salud, con personería jurídica propia y un régimen de autarquía administrativa, económica y financiera. APE se encarga de reintegrar a las Obras Sociales parte de lo que invierte por tratamientos catastróficos, de alta complejidad y baja incidencia entre sus afiliados. Destina  un presupuesto anual de $1.200 millones, por lo que, para los agentes de salud, el dinero que aprueba el organismo es fundamental para su mantenimiento.

Pre-mafia de los medicamentos, los recuperos por tratamientos que financiaba APE se realizaban por subsidios, es decir que APE giraba el dinero a las Obras Sociales, las cuales posteriormente debían demostrar ante el organismo la utilización de esos fondos. Este sistema daba lugar a la presentación de expedientes falsos o prestaciones para las cuales ese dinero no había sido utilizado. Este procedimiento, sumado a la vista gorda de quienes debían controlar, devino en la ya conocida y renombrada causa por la mafia de los medicamentos.

Desde entonces, el recupero se realiza por reintegro, es decir que los agentes de salud pagan el total de la prestación y luego APE determina si es viable o no la aprobación del pago del expediente presentado. De esa manera, las Obras Sociales se encuentran con un obstáculo a la hora de cerrar números, ya que no cuentan con los fondos destinados por el organismo, hasta que este no apruebe los pagos por las prestaciones.

Durante su alianza con el kirchnerismo, Moyano logró ubicar a hombres de su confianza al mando de la APE.  Christian Asorey, yerno del dirigente sindical, fue hasta marzo de este año, gerente de Seguridad y Tecnología Informática del organismo. De esta manera, el líder de camioneros agudizó su interna con otros gremios que no se veían favorecidos con el reparto de reintegros. 

Según declaraciones de la ex-ministra de salud Graciela Ocaña, quien estuviera a cargo de la APE, “Moyano conoce bien el tema porque es lo que pretendía hacer, justamente comprar o manejar arbitrariamente y discrecionalmente esos fondos”. Cabe destacar que durante ese período, se efectuaron controles sobre la entidad como las auditorías realizadas por la Auditoría General Nacional (AGN), que comprometieron al organismo y a muchas obras sociales. De un muestreo de expedientes entre los años 2005 y 2010, se encontraron irregularidades tales como prestaciones a más de un centenar de personas ya fallecidas, supuesta documentación falsa y expedientes firmados por médicos sin registrar.

Actualmente, APE es dirigida por Manuel Alves, hombre del actual ministro de salud Juan Manzur, y la ex-diputada nacional Liliana Korenfeld, quedó a cargo de la Superintendencia de Servicios de Salud, logrando correr de escena a los moyanistas. El decreto publicado hoy refrenda la decisión de correr de escena la influencia de los dirigentes sindicales y plasma un hecho que en la práctica ya ocurría. Nada va a cambiar a partir de hoy en APE, porque el gobierno ya habían hecho los cambios profundos antes: dejaron al moyanismo afuera y también a los antimoyanistas. No quieren cometer el mismo error dos veces. Dejar el manejo del organismo en manos de un gremialismo es potenciar crecimientos y tener menos control sobre sus acciones.

Mientras que la disputa política y gremial entre Moyano y el gobierno nacional crece, APE representa una batalla concreta, pero no menor, por la caja de las obras sociales. El organismo que hasta hace meses era parte de la base de poder de fuego del moyanismo hoy pasó a ser una debilidad y amenaza en convertirse en su talón de Aquiles.

vía @ludistas y @luligaleano85

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