La informalidad alcanza al 31% de los
asalariados y asciende al 62% de los cuentapropistas. Las habitantes de las comunas
del sur y los jóvenes son quienes más padecen el fenómeno.
La informalidad
laboral es un problema que cruza transversalmente el mercado laboral argentino.
Según el informe que acaba de presentar la Dirección General de Estadísticas y
Censos de la Ciudad “Estructura de la informalidad laboral en la Ciudad de
Buenos Aires”, entre los porteños encontramos 1.600.000 ocupados, de los cuales
el 37% desarrolla sus laborales en situación informal. En términos absolutos
esto implica que 574.000 personas que trabajan de manera ilegal, sin descuentos
jubilatorios ni beneficios sociales.
El grupo
más importante entre los ocupados en la ciudad es el de los trabajadores
asalariados, que suman 1.184.000 personas. Entre los asalariados la
informalidad alcanza al 31% con núcleos importantes en las actividades de
servicios a empresas (actividades financieras, inmobiliarias, empresariales, de
alquiler, informáticas y de investigación o desarrollo), servicio doméstico,
educación y comercio.
Los
cuentapropistas porteños, que encarnan un universo heterogéneo que incluye
desde profesionales hasta vendedores ambulantes o comerciantes, siempre y
cuando no cuenten con empleados, son quienes detentan el mayor índice de
informalidad. El 62% de los cuentapropistas desarrollan su actividad en
situación informal, lo que alcanza a 186.000 personas.
También
una porción importante de los patrones de la ciudad desarrollan su actividad en
esta situación. En total el 19% de los patrones trabajan en situación informal
y las actividades más importantes en las que hace foco el fenómeno es en dueños
de talleres mecánicos, talleres textiles y trabajadores de la construcción sin
relación de dependencia que emplean, al menos, a una persona.
Si bien en
toda la ciudad se hace presente el fantasma de la informlidad, en las comunas
del sur los números son alarmantes. En toda la franja sur de la ciudad la
informalidad laboral supera el 40% encontrando sus mayores índices en las
comunas 7 (Flores y Parque Chacabuco), 4 (La Boca Barracas, Parque Patricios y
Nueva Pompeya) y 8 (Villa Soldati, Villa Riachuelo y Villa Lugano) con el
45,4%, 46,7% y 51,6% respectivamente. Como contracara, el corredor Norte
presenta los índices más bajos, con las comunas 12 (Coghlan, Saavedra, Villa
Urquiza y Villa Pueyrredón) y 14 (Palermo) en las que apenas supera el 27%.
Un grupo poblacional
especialmente vulnerable en el mercado laboral es el de la juventud. Entre los
jóvenes porteños de 18 a 24 años la informalidad laboral asciende al 41%,
presentando cifras que duplican la media que presenta el mismo ítem entre los
trabajadores de 25 a 49 años.
La
informalidad en el empleo en la Ciudad de Buenos Aires (una ciudad que
concentra el principal Producto Bruto del país y, aproximadamente, una cuarta
parte del total de la Argentina) es la punta de iceberg de un importante sector
de la economía sumergida. Miles de millones de pesos que no tributan y
privación de derechos sociales de cientos de miles de porteños son sólo dos de
las consecuencias más evidentes.
Nota originalmente publicada en Marcha
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