Por Jorge
Duarte*
El fenómeno de la precarización
laboral sigue siendo uno de los problemas más importantes que deben afrontar
los trabajadores. Los números reflejan que, lejos de resolverse, está más
vigente que nunca.
Esta semana se difundió un
informe del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas que aborda la
situación del mercado laboral y presenta estadísticas de su comportamiento. El
“Boletín estadístico: 2º semestre de 2012” nos muestra un panorama complejo con
la consolidación de la precarización en niveles alarmantes. La precarización es
un fenómeno que se presenta en el mercado laboral pero que se extiende a todos
los niveles de la vida de los trabajadores que se encuentran imposibilitados de
cubrir sus necesidades básicas. Por lo tanto, precarizar el trabajo, es
precarizar el acceso a la salud, precarizar el acceso a la educación,
precarizar el acceso a la vivienda y, en definitiva, imposibilitar
la realización de los trabajadores como individuo.
El mismo informe expresa que en
el segundo semestre de 2012 “se destruyeron 58 mil puestos de trabajo de
asalariados registrados” lo que muestra una consolidación de un freno de la
dinámica de crecimiento de empleo. Sin embargo, esta destrucción del empleo
formal “se vio compensada por un crecimiento en las categorías ocupacionales
más precarias: los asalariados no registrados, que crecieron en más de 18 mil,
y los cuentapropia, que crecieron en más de 191 mil”. En definitiva, lo que se
produce es una expulsión de trabajadores del sector formal que pasan a engrosar
las filas de los trabajadores precarios que ya es muy importante en el país.
Además, esta creación de empleo precario no llegó a cubrir la incorporación de
nuevos trabajadores en el mercado lo que produjo una leve suba de la
desocupación.
La diferencia entre los
trabajadores formales e informales se plasma de muchas maneras, quizás la forma
más clara de graficarla puede expresarse a través del nivel de ingresos. Los
números del mercado laboral enuncian que los trabajadores registrados ganan en
promedio $4.338, mientras que los no registrados tienen ingresos que promedian
los $1.798. Las diferencias son notables: los trabajadores registrados perciben
2,41 veces más salario que los trabajadores informales. Además, los
trabajadores informales reciben sueldos que se encuentran muy alejados del
Salario Mínimo Vital y Móvil que hoy se encuentra en $2.670. Entonces, la media
de los salarios del sector informal llega a cubrir apenas el 67% del Salario
Mínimo Vital y Móvil.
La correlación de fuerza y los
derechos a los que accede el trabajador registrado se expresan, también, en las
perspectivas a futuro, en la estabilidad de empleo y en la perspectiva de
crecimiento de su salario. En este sentido es importante remarcar que, de
acuerdo a la correlación de fuerzas, los empresarios imponen las peores
condiciones a los trabajadores con menos capacidad (o nula) de negociar con la
patronal, que son, por supuesto, los trabajadores informales. Por lo tanto, en
la dinámica del mercado laboral, los salarios de los trabajadores no
registrados crecieron en el último año 23,7%, mientras que los salarios de los
trabajadores registrados lo hicieron un 25,9%. Esta situación hace que se
ensanche la brecha que existe entre los dos sectores y pauperiza, todavía más,
la situación de aquellos que se encuentran precarizados.
Los números que reflejan la
situación del mercado laboral expresan que el total de trabajadores asalariados
es de 12.236.181, de los cuales 8.003.394 son trabajadores registrados y
4.211.409 son trabajadores no registrados. Esto enuncia que entre los
asalariados 1 de cada 3 (34,4%) se encuentra en situación vulnerable a causa de
la precarización. Además, se registran un total de 3.109.914 trabajadores
cuentapropistas. Entre ellos también se extienden figuras de distintos
contratos laborales que son mutaciones de la precarización o situaciones de
fraude laboral. Como vemos, el problema tiene una dimensión tan extensa que
marca gran parte de la dinámica laboral.
La precarización de un tercio
de los trabajadores no es un tema que implique solamente al trabajador. Se
extiende a sus familias, a través de la precarización de la vida, y también al
resto de los trabajadores como amenaza de despido o como baja de costo de la
fuerza de trabajo. Esa extensa masa de trabajadores que percibe salarios por
debajo del Salario Mínimo Vital y Móvil es una fuerza disciplinadora muy
importante para los trabajadores formales que buscan mejorar sus condiciones y
se animan a organizarse. La precarización, de esta manera, impone condiciones
que regulan la correlación de fuerzas en el mercado laboral, tanto en lo
concerniente a la puja distributiva, como a las condiciones de empleo.
La precarización muta en
diferentes formas: tercerizaciones, trabajo no registrado, fraude laboral, etc.
La falta de políticas activas para combatirlas es llamativa y expresa una deuda
importante con uno de los temas más relegados en la agenda pública.
*Periodista especializado en
temas gremiales / http://escritosdeclase.blogspot.com.ar/
@ludistas
Nota originalmente publicada en
Marcha