Por
Jorge Duarte @ludistas
Menor
dinamismo en la creación de puestos de trabajo, bajos niveles de
desempleo, caída del salario real y la aceleración de la inflación
condimentan las paritarias del 2014. La dispersión en las cúpulas
sindicales y la devaluación terminan de armar un rompecabezas por
demás complejo.
A
principios de año Héctor Méndez, titular de la Unión Industrial
Argentina (UIA), pronosticó que las paritarias del 2014 serán un
combate. Los distintos componentes del mercado laboral parecen
confirmarlo. El 2013 mostró un menor dinamismo en la creación de
puestos de trabajo, que encendió las primeras luces amarillas sobre
el tema.
El
economista Ariel Setton explica que “durante
el último año, 107.000 personas dejaron de buscar trabajo, casi
tanto como quienes dejaron de ser desocupadas (102.000). La
diferencia entre ambas es gente que perdió el empleo”. Vale
resaltar que en los últimos 10 años sólo hubo dos períodos con
destrucción neta de empleo interanual: el segundo trimestre de 2009,
y el tercer trimestre de 2013.
Aún
con un mercado laboral menos pujante, encontramos la desocupación
que se ubica en torno al 6,8% y expresa el segundo nivel más bajo de
los últimos 10 años. Por este motivo muchas actividades de la
producción y del sector servicios, a pesar de no tener una economía
en crecimiento, van a negociar las salarios en un escenario de pleno
empleo y sin la presión y el disciplinamiento que la desocupación
genera al momento de sentarse frente a las patronales.
En lo
que respecta a los ingresos de los asalariados, 2013 marcó un
retroceso. Si bien los ingresos mostraron un crecimiento general en
la década luego del piso histórico de 2002, en 2011 y 2012 las
subas fueron casi imperceptibles y en 2013 llegó la caída. El
“Informe de Coyuntura” de febrero de este año publicado por el
Centro de Investigación y Formación de la República Argentina
(CIFRA), dependiente de la CTA de Hugo Yasky, indicó que “después
de dos años consecutivos de ligeros crecimientos del salario real,
el poder adquisitivo del salario cayó 0,4% en 2013”. Una mala
señal de cara a lo que se viene, principalmente con la devaluación
que disparó aumentos generalizados de precios.
Estos
datos no sorprenden si tomamos en cuenta que este período de freno y
posterior retroceso salarial coincide con la aceleración de los
niveles de inflación. Si bien las paritarias siguieron su curso, en
estos últimos años las recomposiciones de haberes comenzaron a no
ganarle a las subas de precios.
Ante
la pérdida de poder adquisitivo y la aceleración del proceso
inflacionario, dirigentes sindicales y empresarios se encontrarán
ante dos alternativas: revertir la situación con acuerdos que
refuercen los ingresos de los asalariados y, por ende, el mercado
interno o actualizaciones que tiendan a profundizar el estancamiento
y deterioren el nivel de vida de los trabajadores.
Desde
los distintos sectores sindicales ya anticiparon que irán por
paritarias que reflejen la “inflación del supermercado”. Todos
coinciden, incluso los gremios más cercanos al gobierno nacional, en
que las negociaciones no pueden cerrar debajo del 30%.
El
menor dinamismo de la economía, ingresos deteriorados por la
inflación y una situación propicia para la presión sindical
alentada por el “pleno empleo” en muchos sectores, colocan a las
paritarias 2014 frente al panorama más complejo de la
posconvertibilidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario