Por Jorge
Duarte
En un momento
donde la dispersión del movimiento obrero organizado en cinco centrales es una
realidad que se consolidó con fuerte influencia de las diferencias político
partidarias, el cierre de listas volvió a abrir grietas que amenazan con
reacomodar las piezas de un rompecabezas que no termina de armarse.
Desde hace
muchos años la participación en la arena política electoral de los
representantes de la Centrales Sindicales es parte importante del debate de
cara a cada uno de los comicios.
No es una
novedad que el Movimiento Obrero Organizado (MOO) busque, por medio del camino
electoral, alternativas políticas para llevar su agenda de reivindicaciones a
los espacios legislativos. En muchas ocasiones a lo largo de la historia las
centrales sindicales han decidido participar orgánicamente de proyectos con
diversos representantes en listas para que sean quienes garanticen la defensa
de sus intereses. Quizás el momento cúlmine de esta concepción se logró en los
años 70´s cuando la CGT obtenía el, desde entonces ansiado, 33% de los lugares
en las listas del peronismo. Producto de ese acuerdo en el último gobierno de
Perón la CGT contó con 47 diputados propios y, además, consiguió 3 ministerios
en los que pusieron hombres de su confianza. Desde entonces el 33% ronda cada
vez que se arman las listas y es la aspiración de los representantes de la CGT.
El cierre de
listas 2013 llega en un momento en que las centrales sindicales cuentan con sus
fuerzas diezmadas por las constantes divisiones que sufren. Con la CGT Azopardo
encabezada por Hugo Moyano, la CTA encabezada por Micheli y la CGT Celesta y
Blanca de Barrionuevo abiertamente opositoras y con la CGT Alsina liderada por
Caló y la CTA que conduce Yasky consolidadas en su apoyo al oficialismo el
cierre de listas tenía resultados previsibles. Por un lado las CGTs opositoras
buscarían encontrar un candidato “peronista” que los contenga y la CTA de
Micheli una alternativa de centroizquierda en la que pueda encolumnarse. Por
otra parte las dos centrales oficialistas buscarían retribución por su apoyo
incondicional con lugares en las listas del FPV. Sin embargo no todo se
desarrolló como se esperaba y los acuerdos finales dejaron muchos heridos.
Si repasamos
los nombres presentados por el oficialismo encontramos muy escasa participación
de hombres de la CGT de Caló, que había solicitado públicamente por medio de
uno de sus referentes, el taxista Omar Viviani, el 33% de los lugares en las
listas. Concretamente sólo el hombre de SMATA (mecánicos) Oscar Romero obtuvo
un lugar 11° en las listas del FPV en la Provincia de Buenos Aires que lo deja
en una posición expectante. El resto de los espacios conseguidos en las listas
están lejos de poder ingresar a algún espacio de representación. Por su parte
la CTA de Yasky no obtuvo ningún lugar en las listas del FPV. Con los cierres
consolidados las conducciones de ambas centrales salieron a respaldar
públicamente al FPV de cara a las PASO pero no pudieron evitar las internas y
las fisuras.
Tanto Caló como
Yasky sufrieron la migración de referentes de su espacio a la lista del Frente
Renovador que encabezará el intendente de Tigre, Sergio Massa, en la Provincia
de Buenos Aires. Hugo Yasky tuvo que presenciar la candidatura por el
“Massismo” de Fabián Alessandrini, un histórico dirigente de ATE Zona Norte y
referente de su espacio; mientras que Caló se sorprendió con la incorporación
de Hector Daer Secretario General de Sanidad, además actual Secretario de
Prensa de su CGT, en el lugar 11° del mismo Frente. Ambos casos dispararon
internas y dejaron a la vista las diferencias que se vienen expresando desde
diversos sectores que no están conformes con las respuestas del gobierno
nacional a su reclamos. Las internas, principalmente en la CGT, arrecian y Daer
expresó que su decisión no fue personal, sino que responde a un grupo de
gremios, los tradicionalmente conocidos como “Los Gordos”. La ruptura es
inminente.
En lo que
respecta a la CGT Azopardo, en la Provincia de Buenos Aires finalmente dio
prioridad a su acuerdo con Francisco De Narvaez y el gobernador cordobés De La
Sota. En este sentido colocaron a Omar Plaini, Secretario General del gremio de
Canillitas y actual Secretario de Prensa de la CGT, como 2° candidato a
diputado nacional, mientras que Susana Laburu del SOEME se encuentra en el 6°
lugar. En ambos casos los candidatos de la CGT cuentan con posibilidades
concretas de ingresar a la cámara. Además, el líder de la UATRE, también parte
de la CGT Azopardo, Gerónimo Venegas encabezará en la Provincia de Buenos Aires
la lista de su partido FE. En este caso el desafío será superar las PASO. En lo
que refiere a la Ciudad de Buenos Aires, el moyanismo presentó el partido
Unidad del Trabajo y la Producción que encabezará el líder de los trabajadores
judiciales Julio Piumato. Como curiosidad encontramos, también en la ciudad, un
hombre que responde a la central del líder camionero en las listas del FPV. Es
el caso de CABA Alejandro Amor, un hombre de Amadeo Genta (SUTECBA) que será el
candidato 9° sin chances de acceder a la cámara.
Menos
conflictiva fue la decisión tomada por la CTA que conduce Pablo Micheli. La
central en las próximas elecciones apoyará orgánicamente al Frente Camino
Popular en la Ciudad de Buenos Aires y dará su respaldo al Frente Popular,
Democrático y Social (Podemos) en la provincia de Buenos Aires. En ambos casos
se encuentran varios candidatos del movimiento obrero en las listas aunque las
chances que tiene de alcanzar bancas son complicadas. Se evaluó hasta último
momento la candidatura de Pablo Micheli, sin embargo primó la postura de no
mezclar en el referente del espacio el camino sindical y el electoral.
La CGT Celeste
y Blanca de Luis Barrionuevo también juega su partido de cara a las PASO. El
dirigente gastronómico, uno de los más entusiastas promotores de la candidatura
de Massa, logró colar algunos referentes de su central dentro las listas a
diputados provinciales del Frente Renovador.
La presencia de
hombres de la misma central en diversas listas no sorprendería con un MOO unido
en una central de trabajadores independiente. En la situación actual con las
fracturas expuestas, con posturas políticas que priman sobre la agenda de
reivindicaciones sindicales y con la capacidad de influencia diezmadas por las
segmentaciones, ninguna central tuvo capacidad de conseguir un lugar relevante
en los armados de cara a las elecciones 2013. Además las grietas abiertas
por el cierre de listas pueden redundar en un reacomodo de la relación de
fuerzas de las centrales sindicales de cara al futuro. De esta manera, las
elecciones dejarán más heridas por saldar que representantes en el congreso.
*Periodista
especializado en temas gremiales / http://escritosdeclase.blogspot.com.ar/ /
@ludistas
Nota originalmente publicada en Marcha
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