Por
Jorge Duarte*
Lejos
de los índices que marcaban hace 10 años, la desocupación y la subocupación
siguen teniendo vigencia como tema en el mercado laboral argentino. En el
primer semestre de 2013 los desocupados representaron el 7,6% de la Población Económicamente Activa y los subocupados alcanzaron el 8,9%. Si trasladamos a
números absolutos esos porcentajes, contabilizamos 2,8 millones de trabajadores
con problemas de empleo vinculados a estos fenómenos.
El
mercado laboral argentino tuvo profundos cambios en estos últimos años. Desde
aquel problema primordial y excluyente representado por la desocupación a principios
de 2003, que funcionaba como principal disciplinador de la fuerza de trabajo, a
una realidad en la que es necesario atacar la precarización y, en especial, el
trabajo no registrado, las tercerizaciones y el fraude laboral. En resumidas
cuentas, pasamos de concentrarnos en la cantidad de puestos de trabajo en el
inicio del proceso, a hacer foco en la calidad del empleo que se crea.
A pesar
de que la desocupación parece haber desaparecido del centro de la escena por la
caída de sus niveles en estos años, todavía es preciso prestarle atención. En
el primer semestre de 2013 según las cifras relevadas por el INDEC la
desocupación llegó al 7,6% de la PEA y se ubicó un 0.4% por encima del mismo
período de 2012. Esta leve suba, que no es alarmante y todavía se mantiene muy
lejos del 20,4% inicial de 2003, marca una luz de alerta en un contexto de
menor dinamismo en la creación de puestos de trabajo.
También
la subocupación tuvo un comportamiento negativo en el primer semestre de 2013
si la comparamos con el mismo período de 2012. La subocupación se ubicó en un
8,9%, lo que representa un 0,5% más que hace un año atrás. Esta situación puede
explicarse para la Cosultora Analytica debido a que “el menor dinamismo en
algunos sectores hace que las empresas se inclinen por cubrir aumentos
transitorios en la demanda con contrataciones de medio tiempo”.
Si
sumamos la desocupación y la subocupación al primer semestre de 2013, encontramos
que estos problemas alcanzan al 16,5% de la PEA. Es decir, 2,8 millones de
trabajadores son desocupados o subocupados.
Las
cifras manifiestan que hay que estar atentos para no tener que volver a pensar
en la cantidad de empleos mientras seguimos haciendo eje en la calidad, porque
los viejos problemas siempre están a la vuelta de la esquina.
Nota Originalmete publicada en Marcha
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