Desde
hace tiempo Hugo Moyano y su tropa afirman que funcionarios del
gobierno "están saliendo a comprar dirigentes sindicales con dinero
perteneciente a la APE”. Las implicancias de este entramado de dinero,
política, gremialistas y poder es lo que queremos entender, en una historia que
está teñida por la mafia de los medicamentos.
La Administración de Programas Especiales (APE) es un organismo que vive permanentemente en un tire y afloje entre el gobierno de turno y las Obras Sociales Sindicales. De los pagos que APE transfiere a los agentes de salud dependen las finanzas de las obras sociales y en algunos casos las finanzas de los sindicatos en general.
Según el decreto 1198/12, publicado hoy
en el Boletín Oficial, el gobierno
decidió que la APE sea "absorbida" por la Superintendencia de
Servicios de Salud (SSS). APE hasta hoy era un organismo descentralizado
de la Administración Pública Nacional, en jurisdicción del Ministerio de Salud,
con personería jurídica propia y un régimen de autarquía administrativa,
económica y financiera. APE se encarga de reintegrar a las Obras Sociales parte
de lo que invierte por tratamientos catastróficos, de alta complejidad y baja
incidencia entre sus afiliados. Destina
un presupuesto anual de $1.200 millones, por lo que, para los agentes de
salud, el dinero que aprueba el organismo es fundamental para su mantenimiento.
Pre-mafia de los medicamentos, los
recuperos por tratamientos que financiaba APE se realizaban por subsidios, es
decir que APE giraba el dinero a las Obras Sociales, las cuales posteriormente
debían demostrar ante el organismo la utilización de esos fondos. Este sistema
daba lugar a la presentación de expedientes falsos o prestaciones para las cuales
ese dinero no había sido utilizado. Este procedimiento, sumado a la vista gorda
de quienes debían controlar, devino en la ya conocida y renombrada causa por la
mafia de los medicamentos.
Desde entonces, el recupero se realiza
por reintegro, es decir que los agentes de salud pagan el total de la
prestación y luego APE determina si es viable o no la aprobación del pago del
expediente presentado. De esa manera, las Obras Sociales se encuentran con un
obstáculo a la hora de cerrar números, ya que no cuentan con los fondos
destinados por el organismo, hasta que este no apruebe los pagos por las
prestaciones.
Durante su alianza con el
kirchnerismo, Moyano logró ubicar a hombres de su confianza al mando de la
APE. Christian
Asorey, yerno del dirigente sindical, fue hasta marzo de este año, gerente
de Seguridad y Tecnología Informática del organismo. De esta manera, el líder
de camioneros agudizó su interna con otros gremios que no se veían favorecidos
con el reparto de reintegros.
Según declaraciones de la ex-ministra de
salud Graciela Ocaña, quien estuviera a cargo de la APE, “Moyano conoce bien el
tema porque es lo que pretendía hacer, justamente comprar o manejar
arbitrariamente y discrecionalmente esos fondos”. Cabe destacar que durante ese
período, se efectuaron controles sobre la entidad como las auditorías
realizadas por la Auditoría General Nacional (AGN), que comprometieron al
organismo y a muchas obras sociales. De un muestreo de expedientes entre los
años 2005 y 2010, se encontraron irregularidades tales como prestaciones a más
de un centenar de personas ya fallecidas, supuesta
documentación falsa y expedientes firmados por médicos sin registrar.
Actualmente, APE es dirigida
por Manuel Alves, hombre del actual ministro de salud Juan Manzur, y la ex-diputada
nacional Liliana Korenfeld, quedó a
cargo de la Superintendencia de Servicios de Salud, logrando correr de escena a
los moyanistas. El decreto publicado hoy refrenda la decisión de correr de
escena la influencia de los dirigentes sindicales y plasma un hecho que en la
práctica ya ocurría. Nada va a cambiar a partir de hoy en APE, porque el
gobierno ya habían hecho los cambios profundos antes: dejaron al moyanismo
afuera y también a los antimoyanistas. No quieren cometer el mismo error dos
veces. Dejar el manejo del organismo en manos de un gremialismo es potenciar
crecimientos y tener menos control sobre sus acciones.
Mientras
que la disputa política y gremial entre Moyano y el gobierno nacional crece,
APE representa una batalla concreta, pero no menor, por la caja de las obras
sociales. El organismo que hasta hace meses era parte de la base de poder de fuego
del moyanismo hoy pasó a ser una debilidad y amenaza en convertirse en su talón
de Aquiles.
vía @ludistas y @luligaleano85
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